Esta entrada, quiero dedicársela especialmente a Aguamarina y Sieslo.
Hoy, tendría que estar volando a Argentina, que era mi destino elegido para mi Luna de Miel, y sin embargo, estoy aquí en la ofi escribiendo este post…
Comenzaré desde el principio, porque creo, que es una carga que llevo sobre mis hombros desde hace tiempo, y una vez que lo suelte-cuente aquí, el peso de esa mochila de problemas, se irá aligerando…
No sé cómo no me di cuenta antes, porque todo estaba lleno de señales, de esas tan llamativas como las luces de neón de una supuesta Sauna, pero yo estaba miope, y mi retina no percibía la luz fosforita.
Llevábamos meses hablando del tema, más bien lo hablaba yo, visto que no iba a pedírmelo de forma romántica, ( en la pantalla gigante de un partido de los Lakers-Chicago Bulls, a lo peli americana…) decidí hacerlo como lo hacen hoy en día muchas parejas, hablándolo, sin esperar a peticiones de rodilla. Tú siempre te reías, y hablabas por hablar, y dabas algunas largas, porque lo veías tan lejano (NUNCA, fíjate si era lejano para ti).
Nuestra relación, aparentemente, iba genial. Tú seguías súper pendiente de mí, súper cariñoso, me seguías haciendo la cena con cariño, buscándome sitios para aparcar para que yo no estuviese horas dando vueltas, algún plan sorpresa, muchos besos y caricias, esas miradas cómplices cuando estábamos con otros…Pero, o te estabas engañando, o me estabas engañando, o algo debió pasar luego, que todo lo cambió…
En abril, me llamaste súper exaltado, te ofrecían un trabajo nuevo, y tenías que venir corriendo a compartirlo conmigo, para que juntos tomásemos la decisión de si lo aceptabas o no. Esa semana, tras largas charlas con tu jefe, me contaste que le pediste tu merecida promoción, para poder darme lo que creías que me merecía, una boda increíble, una casa para los dos, un futuro juntos…Te pregunté: ¿En serio le dijiste eso? ¿En serio es lo que quieres?, y dijiste un SI rotundo! Aquella respuesta, fue mi pistoletazo de salida.
Después de aquello, empecé a buscar sitios dónde celebrarlo, y posibles iglesias, por ir mirando, esto es un proceso a largo plazo, y quería ir viendo un poco…
Aproveché Semana Santa, y fui a ver una finca preciosa de la que me había enamorado, y ahí comenzaron las señales. Bajé sola a casa, porque mis vacaciones empezaron más tarde, y aproveché para ir a ver el sitio. Cuando fui a coger el coche, después de un tiempo parado, no quiso responder, y tenía que anular la cita. Te llamé súper cabreada con el mundo, y tú te reías, decías que ya lo dejaríamos para otra vez…Pero finalmente, un rayito de sol en mi vida, mi madre me dejó su coche, y pude ir a ver la finca…Cuando llegué, había un señor mayor allí de vacaciones, que empezó a enumerarme las ventajas del lugar, y cuando le dije que era para casarme, me dijo: Qué bien, Enhorabuena, estarás contenta??? Y yo le dije, si si, es que Ya tocaba!! Esta respuesta, ha estado en mi cabeza tantas y tantas veces, Ya tocaba? Realmente yo quería eso? Y quería que fuese así? Y con él? O es que era lo que se suponía que después de 6 años, y con 31 a la espalda, debía de hacer…La verdad, ya no lo sé…
Un mes después, decidimos bajar los dos para reservar la iglesia y ver juntos la finca. Ese día, cuando viniste a recogerme al curso, estabas súper enfadado. No querías ir, y los motivos eran más que evidentes…
El sábado, fuimos a ver la finca, y aunque te gustó, no parabas de poner pegas estúpidas, tu mayor preocupación, estar media hora en un autobús, eso era mucho tiempo para la gente de tu tierra…Al final, como me viste atacada, me diste un abrazo, y me dijiste que todo iba a estar bien…
Por la tarde, fuimos a reservar la iglesia, pero parecía que los planetas se alineaban y nadie quería casarnos. Yo me iba poniendo cada vez más nerviosa, y tú entre risas y bromas no parabas de decir, pues si no, para el 2014, porque sabías que en el 13 yo no me casaba ni de coña. Había una Iglesia de la que yo estaba enamorada, pero que ya no casaban, así que, aprovechando tus contactos, empezaste a mover hilos para ver si podíamos conseguirlo (detalles como esos eran los que me despistaban, pensando que tú tb querías, pero que como eras un tío, por defecto, tenías que resistirte un poco, como hicieron los maridos de mis amigas en su día).
Estábamos a punto de abandonar, cuando de repente, la iglesia más cotizada, tenía cita para nuestro día, y a la hora que yo quería, parecía que todo empezaba a encajar…
Cuando salimos de la iglesia, con fecha en mano, ni siquiera me diste un beso, jugaba el Barsa, y era lo único que te preocupaba en ese momento. Fuimos al pub irlandés de enfrente, y pediste una copa para celebrarlo, brindabas por brindar…Me levanté te dí un beso, y cuando iba al baño, tropecé varias veces y me hice un esguince, uno que ha durado todo este tiempo, hasta nuestra ruptura, que fue cuando se curó. Todo el bar estaba pendiente de mí, me trajeron hielo, me daban masajes, tú, que antes me hubieses llevado corriendo a urgencias por si su niña tenía algo, ahora ni me mirabas, estabas absorto en el partido, o eso me hacías creer (vete a saber qué maquinaba esa cabeza)
Ese día, rompiste mi monedero, ese que sabes que era tan especial para mí, lo forzaste hasta que se rompió, y fue ahí cuando el resto de cosas empezaron a romperse.
Esa semana tuvimos que pagar la señal, me diste largas 2 ó 3 días, y al final, la hicimos. Tampoco fue como esperaba, porque no demostraste ninguna efusividad, Ahora sí que ya era algo real, acabábamos de dar el paso, y parecía que ibas al paredón, en vez de a compartir la vida conmigo. Es cierto, que luego tenías otros detalles conmigo, o me decías cosas que habías pensado sobre la boda, que me hacían pensar que tú tb querías, pero te resistías. La realidad, es que desde ese día, algo había cambiado…
Cada vez te distanciabas más, cada vez estabas más raro, luego surgió ese viaje el día de tu santo, al que tú no podías ir, y yo me planteaba si ir sola; te pregunté si querías que me quedase, y tuvimos la bronca, porque realmente, te daba igual, no te importaba si me quedaba o me iba. Yo decidí quedarme, y arreglar, lo que fuese que estaba mal. Fuimos a nuestro restaurante favorito, y empecé a sacar el tema, y me dijiste, que no era un buen momento, que no era fácil decir algunas cosas, y que tenías que buscar LAS PALABRAS ADECUADAS.
Fuimos a una terraza, y allí, me armé de valor, y te dije que tenía la sensación que no querías casarte conmigo, y que podía ser por dos motivos, uno, que no quisieras dar el paso, en cuyo caso, tenía solución, podíamos hacerlo a nuestra forma, los dos solos, o esperar, o simplemente, seguir igual, si era algo que a ti te superaba. O podía ser, que simplemente no me querías. Tu respuesta no fue clara, como no fueron claros tus movimientos y tus acciones cuando volvimos a intentarlo después del verano. Desde ese momento, empezaste a mentir, y ya no pudiste pararlo.
Según tú, si me querías, pero te habías sentido presionado, y junto a otros temas tuyo, la situación te había superado…Qué mentira tan grande, esa fue la primera.
Cuando llegamos a casa, yo te dije que subía andando, y me fui a dar una vuelta, apagué el tlf, y me quedé en una banco durante horas, pensando que debía hacer entonces???
Llegué a casa, y me habías llamado más de 30 veces, estabas FUMANDO, después de haberlo dejado juntos cinco años atrás, otra cosa que empezaba a cambiar.
No sé muy bien cómo se sucedieron los hechos, lo tengo todo un poco borroso, Sé que lloré, lloré y lloré, sé que tú no encontrabas las palabras, y ninguno de los dos sabíamos cómo arreglarlo. Decidimos posponer la boda, ya que tú decías que no era Nuestro momento, y a mí, después de cómo había sido todo, tampoco me apetecía seguir adelante. Pero, supuestamente, estábamos bien, sólo estábamos aplazándolo (otra mentira enorme).
Te fuiste alejando, alejando, alejando, llegó la boda de mi prima, y fui sola porque a ti no te apetecía; llegaron las fiestas de tu pueblo, y fuiste solo porque ya no estábamos juntos. Me pediste un tiempo, necesitabas saber qué sentías, y tenías que estar alejado para aclarar las ideas. Yo no quería que aquello acabase, así que acepté como una tonta. Fue el peor verano de mi vida.
Un mes sin saber de ti, un mes sin escuchar tu voz, un mes sin comer, sin dormir, sin vivir…Y llegó septiembre, y volvimos a vernos, y me dijiste que querías intentarlo, que me habías echado mucho de menos, pero que tenías mucho miedo. Tampoco ahí fuiste claro, eras tú el que tenías que pensar, eras tú el que tenías que hablar, y tuve que sacarte las palabras poco a poco, hasta que dijiste lo único que yo quería escuchar, Que SI, que me querías, y que querías volver conmigo. En este momento, las mentiras fueron constantes, diarias, crueles, y cada vez más duras.
Yo celebré el regreso por todo lo alto, llamé a mis amigas, a mi familia, y les di las gracias, por su apoyo incondicional ese verano, porque sin ellos no lo habría conseguido. Él, sin embargo, aprovechó la separación del verano para decirles a todos que lo habíamos dejado…(se enteraron antes ello que yo)
No me dejabas hablar con tu familia, me decías que hasta que no estuviésemos bien del todo, no querías complicarlo. No querías ver a la mía, ni siquiera felicitaste a mi hermana por su embarazo. No hacíamos casi nada juntos, y cuando lo hacíamos, era a base de malas caras y malos modos. Me decías que estabas deprimido, que era el motivo de decaimiento, y tu alejamiento, así que buscamos ayuda. Supuestamente ibas a visitar a una psicóloga conocida de un amigo, y como era en otra ciudad, algún día durmió allí. Nunca pensé que tuvieseis nada, sobre todo porque siempre que podías anulabas las citas, siempre volvías súper temprano por la mañana, y parecía que ibas mejorando. La realidad es que sí, que él se fue aclarando, fue poniendo nombre a las cosas, fue ordenando su vida, y superando sus miedos, y mientras hacía su duelo por nuestra ruptura mientras seguíamos juntos, ibas haciéndome pequeñas putadas para que yo te dejase…
A la semana de volver, tenías una boda en su casa, pero no quisiste llevarme, porque tendrías que dar muchas explicaciones; me dijiste que no localizabas a la novia para decirle que ibas conmigo, así que decidiste que mejor ibas solo.
Quedabas conmigo en casa para cenar, y aparecías siempre tarde, me tenías horas esperando, y casi nunca estabas ya en casa. Mi ansiedad iba creciendo, creía por momentos que perdía la cabeza, y cuando aparecías y me dabas alguna excusa que yo me creía, me enfadaba conmigo y pensaba, Soy una exagerada, no ha sido para tanto.
Un día me tuviste 3 horas esperando, no aparecías, no cogías el mv, y decidí irme a un piso que tiene aquí mi familia, no quería discutir, y quería descansar. No me llamaste, y llegó el día siguiente, y hasta el mediodía no me cogiste el teléfono, cero preocupado por saber dónde había estado.
Fue la boda de mi primera amiga, tú eras muy amigo de él, pero dos día antes de la boda, me dejaste tirada, y se rajó, cuando ya habíamos confirmado, cuando ya había hecho el regalo, cuando yo no tenía medios para bajarme, cuando todos esperaban que fuésemos juntos, cuando…
Decidimos que así no funcionaba, yo me agobiaba, le asfixiaba, etc así que le propuse empezar de cero, Me fui de casa, y poco a poco iríamos quedando como si fuese el principio; el primer día del nuevo plan, que era mi santo, se fue con un amigo, y pensó que ya nos veíamos al día siguiente…
A los dos meses de volver, me enteré que llevaba todo ese tiempo buscando piso con un amigo, pensaba dejarme tirada en nuestra casa, e irse con este chico, sin decirme nada…Cuando lo descubrí, me dijo que eso no era así, que nunca pensó en hacerlo, que sólo quería saber que tenía esa posibilidad por si lo nuestro no iba bien…Tenía un plan B??????? Yo apostando por lo nuestro, y él con un plan B? Decidí creerle, ahí él cambió y volvió a parecerse un poco al de antes, me llamaba mucho, me escribía, me sorprendía, me…Pero lo de los besos y ya tocarme, eso era otro tema…Todo era culpa de su supuesta depresión…Qué idiota y que ciega puede llegar a estar una…
En navidades, tampoco me dejaste hablar con tu familia para felicitarle las fiestas, siempre había algo, alguna excusa maestra. Llegaron reyes, y con ello una fecha señalada para mí, por desgracia, nada buena. Sabías que siempre me ponía mal, y en vez de quedarte conmigo, me dijiste que t ibas a casa, porque a tu padre le daban unos resultados de su enfermedad, y estaba nervioso. Tampoco me dejaste acompañarte, para tu padre sería incómodo… Qué clase de persona pone la enfermedad de su padre como coartada de una mentira…
Hablamos por teléfono cerca de dos horas, en las que no paraste de relatarme tus días allí; dónde habíais comido, qué os regalasteis, a quién habías visto…Después de aquella llamada, no pudiste hacerlo más, te debiste de sentir muy mal y desapareciste dos días. Yo estaba atacada, no entendía nada, súper preocupada, hasta me salieron unas heridas en la piel del estrés, así que llamé a tu madre, con el miedo de no querer escuchar la respuesta, con el miedo a ver que me encontraba, con el miedo a que hubiese pasado algo, con el miedo…Y yo con el miedo no podía seguir viviendo, así que llamé.
Cuando descolgó, y pregunté por él, me dijo que él estaba en Madrid, que allí no había ido…Comencé a llorar, y ya no pude parar. Entre las dos descubrimos las mentiras que nos había contado a todos durante esos meses, como ellos pensaban que ya no estábamos juntos, como se salía de casa para llamarme, como les extrañó que yo no llamase para despedirme, como…
Finalmente te habías ido con tus amigos de fin de semana, pero nunca me diste una explicación. Volviste ciego de ira, porque te había descubierto frente a tu familia, porque ahora todos sabíamos la verdad, porque tu faceta de niño bueno, se había desquebrajado con una sola llamada, porque…
Cuando llegaste, te reclamé miles de explicaciones, que nunca llegué a obtener, tan solo una frase despectiva diciéndome que ya no Sentías deseo por mí, y un par de barbaridades que no quiero escribir aquí, y así terminamos. Así cerramos seis años largos de relación, con miradas de odio, con reproches, con gritos, con desprecio, con ensañamiento, con crueldad, con…todo por tu parte, porque yo estaba tan rota, tan desquebrajada, tan humillada, tan…HUNDIDA, que no supe ni pude reaccionar.
Tuve que pedir ayuda para salir de este bache, sola me veía incapaz. Y me abrió los ojos en muchas cosas, pero aun así me he estado culpando tanto tiempo. Pensando que igual hice algo mal, en qué me equivoqué para que se desenamorase, que igual el no acercarnos a su familia, que igual me precipité con la boda, que igual…Algo hice mal???
Como decía Aguamarina el otro día (SI a estas alturas de este tostón de post sigue leyendo) qué hice mal al jugar mis cartas, para que a los demás le saliese bien y a mí no; elegí mal a la persona? Realmente estaba acabada la relación antes de empezar? Dejé pasar otros trenes por subirme a este a la carrera? He llegado tarde a mi propia vida? Se me ha escapado la oportunidad de ser feliz?
Lo he pasado francamente mal, y es ahora cuando empiezo a remontar. No ha sido hasta este momento, cuando lo he puesto todo por escrito, cuando me he dado cuenta de todo lo que hice y todo lo que aguanté por salvar algo que ya no existía. Mi duda, llegué tarde al rescate? Realmente pude hacer algo antes?
Os preguntaréis también si he vuelto a saber algo de él? Nada! Después de tantas cosas compartidas, después de tan buenos y malos momentos, después de tanto cariño, después de…no ha quedado absolutamente nada, me puso una X, y siguió con su vida.
Yo intento hacerlo, pero para ello necesitaba que pasase este momento, que pasase ese fatídico día, ahora que ya nada nos une, ahora, puedo empezar mi vida.