domingo, 11 de marzo de 2012

Tantas cosas por decirte

Nunca sabes cuál va a ser el día exacto en el que termina una relación, por eso, nunca estás preparada para decir todas las cosas que tienes que decir, y que sin saberlo, nunca más tendrás otra oportunidad para hacerlo.

En mi caso, después de un engaño muy grande, estuve en casa esperando a que llegase para que me diese una explicación de todo, ¿Por qué me había mentido? ¿Por qué había hecho todas esas cosas? ¿Por qué quiso volver después del verano? ¿Por qué no lo dejó en el momento que lo tuvo claro? ¿Por qué....Ilusa de mí, pensé que me daría una explicación, una respuesta a todas esas preguntas, una conclusión lógica a seis años de relación, pero eso, ilusa de mí porque no pasó... Y yo creo, que me dejó tan flipada su actitud, su negativa a querer hablar, su prepotencia y su ira, que me descolocó tanto, que me quedé en blanco, sin palabras, sin saber qué decir ni qué preguntar (aunque bueno algunas hice y de su boca sólo salieron más mentiras...)

Así que ahora, que han pasado dos meses, y que veo las cosas con mucha más perspectiva, estoy molesta conmigo, porque me he dejado tantas cosas en el tintero, y me han faltado tantas cosas por decirle y por ponerle en su sitio, que encima el tío chungo después de lo cabrón (y perdón por la palabra pero es que no hay otra q lo defina igual) que ha sido conmigo, encima, por mi pena mora y mi tristeza, he dejado que se fuese de rositas...

Como me decía una amiga ayer, cuando tenga todo esto superado, llegará un momento en el que me dará exactamente igual habérselo dicho como que no, pero como ahora no es así, voy a escribir aquí lo que le diría, para que de alguna forma, quede constancia en algún sitio...

Que ciega he estado, que por lo enamorada que estaba, no quise ver la realidad. No quise abrir los ojos y descubrir que la persona que me estaba hundiendo era la persona que más quería en el mundo, y que desde hacía meses, había dejado de ser la persona de la que me enamoré, para mostrarme su otra faceta, que también formaba parte de su personalidad.

Alguien mentiroso, frío, calculador, cobarde, egoísta, inmaduro, convenido, aprovechado, falso. Alguien capaz de hundir a otra persona por salvarse él. Alguien sin escrúpulos sin valores y sin principios, Y resulta curioso, Tú, que ibas dando lecciones de moralidad...

Me dijiste que querías intentarlo, pero desde el principio empezastes a mentir y ya no pudiste parar. Confundiste inteligencia con enamoramiento, porque pensaste que era tonta por creerme todas tus mentiras, y lo que no viste es que al que engañabas eras tú; porque yo estaba enamorada y creía en ti ciegamente, sin prejuicios, sin dudas, sin preguntas, porque así es como se cree en una pareja cuando se quiere de verdad. Pero el engañado fuiste tú, porque pensaste que al liberarte de mí se resolverían tus problemas, porque pensaste que te irías de rositas, porque creiste que tu vida se arreglaba, pero lo que no sabes es que todo eso te lo llevas en la mochila, porque esto será tu fracaso personal, porque tú pudiste hacerlo bien y no quisiste, escogiste el camino más fácil, sin mirar atrás. Echaste la cortina y creiste que todo quedaba atrás, pero te confundes, porque esto volverá, reaparecerá, porque te volverá a pasar, porque tu falta de comunicación, tu exigencia sin hablar, tu prepotencia a la hora de juzgar, tu forma de perdonarle la vida a los demás, y tu no saber afrontar la realidad y hablar hablar hablar, todo esto, te volverá a pasar, y la vida te cobrará lo que hiciste, porque el tiempo, pone siempre a cada uno en su lugar...

Ni siquiera fuiste maduro, ni educado ni decente con una familia que te quiso como uno más, que te apoyó en tus malos momentos, que te dió cariño que te hizo crecer. Ella, que te adoraba como si fueses su hijo, qué palo tan grande, qué decepción tan tremenda...

Y huiste como un ladrón, como se huye cuando uno hace las cosas mal y sabe que ha hecho las cosas fatal, mirando hacia delante, sin volver la cabeza atrás. Y eso me hizo tanto daño también, que ni siquiera intentases conservar mi amistad, que ni siquiera tratases de salvar algo más. Tü, que en julio me decías que confiase en tí, y que no te hiciese sentir mal porque eras buena persona....

Me he culpado hasta la saciedad: Quizás me relajé, quizás nuestras relaciones se volvieron monótonas, quizás no te presté atención, quizás te hice daño al no acercarme más a tu familia, quizás te presioné con dar un paso más, quizás...Y no veía todo lo que hice por tí, y que tú no hiciste por mí. Y todos esos detalles, y todo ese apoyo, y todo ese cariño, y toda esa confianza y toda esa paciencia, y todo ese perdón y todo todo todo, que ni siquiera valoraste cuando te fuiste....

Todo esto me hace pensar, que me quivoqué, que Tú no eras ÉL, mi ËL; que en algún momento de mi vida aparecerá, que me querrá y me valorará y me dará lo que realmente me merezco, porque tú fuiste mi ensayo, para que con ÉL todo salga bien, porque tú no mereces la pena, y no me supiste querer...

2 comentarios:

  1. Cada vez estoy más convencida de eso último que dices. Hace falta algún ensayo antes del experimento que sale redondo ;)

    Un beso muy grande y ánimo!

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    1. Hola Aliena!!

      Yo cada vez lo tengo más claro, ha sido mi ensayo, y mi experimento, y pienso seguir invirtiendo en I+D hasta que aparezca alguien que me rezca la pena, y porque qué narices, se lo pasa uno muy bien!!!

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