viernes, 30 de marzo de 2012

La segunda

Nunca me ha gustado ser la primera en nada, creo que se soporta mucha presión, es verdad que me gusta ser buena en todo lo que hago, y que soy un poco perfeccionista, pero yo me pongo los límites, si de repente quiero tener el cuarto desordenado tres días, pues lo tengo, no pasa nada, pero si siempre has sido la primera o el primero en todo, hay cosas que no te puedes permitir...

Me refiero, si siempre fuiste el primero de la clase, y de la uni, seguro que fuiste tb delegado de la clase, aprobabas curso por año y siempre en junio, terminaste el primero de tu grupo la carrera, el primero en aprobar el carné de conducir y a la primera, el primero en empezar a trabajar de tus amigos, fuiste la primera en casarte, en comprarte una casa, en tener un hijo...

En definitiva, muchas presión, porque de tí, siempre la primera, se ha esperado SIEMPRE muchas cosas, siempre puntual, siempre bien hechas, siempre con alto grado de responsabilidad, siempre por el camino acertado, y si te desvíases un poco, pensabas que provocarías tal malestar a tu alrededor, que preferías ni planteártelo... Algo a lo que yo era totalmente ajena.


Ufff, qué agobio sólo de escribirlo...


Sin embargo ahora, por cuestiones de la vida, me doy cuenta de la putada que es ser la segunda...


Mi hermana y yo, no nos parecemos según la gente EN NADA, bueno sí, en el fuerte caracter que ambas poseemos [yo lo controlo mucho mejor que ella] Ella es bajita, morena, rellenita, apasionada de la política, del arte, y la cosmética, impulsiva en cuestiones simples, y conservadora en otras.... yo soy rubia, alta, delgada, apasionada hasta el extremo de la moda y los retos imposibles, algo indecisa en las cuestiones básicas, y directa y ambiciosa en las cuestiones importantes de la vida. Aunque bueno si recapacito un poco, compartimos muchas más cosas; la lectura, los viajes, el cine, el teatro, la blogosfera, la decoración, la playa, los amigos. Las dos tenemos un punto dao, las dos somos charlatanas, las dos somos alegres y divertidas, las dos somos del mismo signo, las dos somos buenas persona...

Bueno, como iba diciendo, somos muy diferentes en muchos aspectos de la vida, y en otros sin embargo, muy parecidos; ella siempre ha querido algo que yo tenía, y yo, mucho de lo que ella posee. Entre otras cosas, ella siempre ha tenido mucha suerte. Ahora, se encuentra en un momento personal inmejorable, está casada con el amor de su vida, por fin le han dado su casa y como comenté el otro día, acaba de ser mamá por primera vez.

Yo, por el estado anímico en el que me encuentro [cada vez mejor es cierto], siento una profunda alegría por la llegada de mi sobri, de la que hablaré en otro momento, pero tengo a la vez una sensación de CASO PERDIDO...
Porque es ahora cuando veo cómo la tortilla dió la vuelta, y como ella se ha ido liberando de sus presiones de ser la primera, e ir abriendo el camino para la pequeña, para recibir yo el testigo, y continuar con la carrera.

Y es que claro, ya no es lo que los demás piensen o esperen de tí, sino que tú, inconscientemente, creyéndote segura, cómoda y sin presiones en tu papel de segundona, pensabas que tú no entrabas en ese juego y que estabas en otra liga. La realidad es que puede que te estuvieses engañando, o mejor dicho, que te estuvieses vendando los ojos, porque inconscientemente, estabas poniéndote las metas acorde a un camino previamente definido. Porque es cierto, que querías lo mismo, porque nuevamente compartíais opiniones y sentimientos, en definitiva, la forma de ver la vida, pero quizás, todo se viese precipitado por el típico "Ya toca" o "Tu para cuándo"

Por eso, ahora, siento esta nostalgia, porque ella representa todo lo que yo he perdido, sin darme cuenta, que en realidad sólo fue un castillo de naipes porque nunca nada de eso fue mío...

Y me angustia el hecho de pensar que tengo que empezar de cero, volver a plantear mis cimientos, mis metas y proyectos porque los he dejado olvidados en algún punto del camino y sin embargo ella, ya los ha conseguido.

Por una vez, se invierten las tornas, y creo que en mi caso, no he salido favorecida. QUÉ DIFÍCIL ES SER LA SEGUNDA.

Pero si algo estoy aprendiendo con todo esto, es que no voy a tenerlo todo definido, que voy a limitarme a vivir el presente sin obsesionarme por el futuro, ni esperando a que llegue un momento mejor que vivir.

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