martes, 21 de febrero de 2012

Disfrazada

Este fin de semana, me he ido a casa, porque eran los Carnavales y allí se celebran bastante. Por un lado, iba asustada, ya que tendría que enfrentarme a muchas caras conocidas, y a muchas preguntas que no estaba preparada para responder aún. Como es típico de esas fechas, todo el mundo iba disfrazado por las calles, y así me sentía yo DISFRAZADA. Disfrazada por seguir a aparentando que mi vida estaba igual, disfrazada por mostrar un estado anímico que no era el mío, disfrazada por unos sentimientos escondidos, disfrazada por una personalidad finjida, disfrazada porque en el fondo siento que estoy interpretando una vida que no es la mía, una vida que no me pertenece, que no dirijo y que aún no domino.

Una noche llena de risas, y momentos puntuales de bajón, cuando suena vuestra canción, o cuando alguien te pregunta por tu relación... Pero la alegría desbordada del entorno, las amigas que son tu verdadero apoyo, y unas copas de vino y unos cubatas hicieron el resto...También hubo momentos de ligue, la verdad, ni estoy preparada ni me lo panteo, pero en estos momentos, que tienes la autoestima por los suelos, qué bien viene ver que sigues gustando...

Y luego llega la resaca...puf qué malos son esos momentos. Siempre he sabido que el alcohol es súper depresivo, y unido al cansancio, a la vuelta a casa, y tu nuevo mundo, ya tienes el cóctel servido. Y aunque sabes que te causará indigestión, es algo por lo que tienes que pasar. Salir, bailar, olvidar, conocer gente, y quíen sabe, algún día alguien llegará, aunque ahora no lo crea...

Ha pasado ya un mes y doce días, y la verdad, siento que estoy igual. Si que he avanzado, ya no lloro todos los días, y cuando lo hago dura menos, el nudo se va evaporando, tengo apetito, y algo de sueño, ya no analizo tanto, pero qué malos son los recuerdos, siempre presentes, siempre contigo, siempre amenazantes...Creo que efectivamente, el cero contacto ayuda infinito al hecho de superarlo, pero qué duro es ese paso, sigo sin saber nada de él, y sigo alucinando.

Y ya no es Carnaval, y tengo que quitarme la máscara para volver a aparentar fortaleza, entereza, seguridad...

No hay comentarios:

Publicar un comentario